02 junio 2008
EL ALMA DE LA CIUDAD

Por: Arnau Blasco i Boluda (1º B de Bachillerato)
Este libro, antes que nada, hay que decir que ha sido Premio Fernando Lara de novela 2007, lo que resalta la gran calidad del mismo.
Su argumento narra la vida clerical de aquel entonces (siglo XII), centrándose en el personaje de don Bricio, un clérigo de la ciudad de Ávila, que acoge a un niño hambriento y muy pobre: Blasco Jiménez. A partir de aquí se nos muestra la vida de este niño, criado y educado en los brazos de este arcediano, católico y muy buen hombre. Pero cuando Blasco Jiménez crece y se sumerge en la vida real, fuera ya del amparo de su protector, se dará cuenta de que no todo es felicidad, y de que tendrá que estar en una continua lucha entre el bien común y el provecho propio. Y aunque opta las más veces por su bienestar, llega un momento de su vida en el que decide enmendar todos sus errores, seguir el verdadero camino de Dios y vivir con humildad.
Pero si hay que destacar una cosa en esta novela, es su gran documentación, patente en todo el transcurso de la misma. Así, ambientado en la Península Ibérica en el siglo XII, la vida de la gente en esa época estaba marcada por las guerras entre el rey de Castilla y el rey de León, y las guerras entre cristianos y moros. Época dura, con hambrunas, enfermedades, penurias, etc., y sobre todo una gran lucha entre la fe cristiana y la musulmana, que implicaba no sólo cuestiones de fe, sino formas diferentes de entender la vida y de afrontarla. Así, sólo quedaba ser astuto y labrarse un buen porvenir, aunque para ello se necesitaran sobornos, buenas amistades y algo de suerte.
En cuanto a los personajes, destacan dos principalmente: el protagonista y su protector, aunque también aparecen personajes como Abasud Al-Waquil (gran mercante, cuyo único fin es hacer dinero y vivir la vida), Eudoxia (la amante de Blasco Jiménez), etc., representando así los diversos tipos de gente que se daba en aquella época. Los personajes están muy caracterizados (son muy verídicos) y muestran el tema central de la novela: la lucha entre el bien y el mal (así, mientras Abasud ya ha decidido su posición, Blasco no lo tiene tan claro y se debate entre ambas posiciones).
Si nos fijamos en la forma, destacan dos características: por una parte, la gran simplicidad en la forma de narrar la historia: la acción avanza no muy deprisa, pero la lectura se muestra ágil por las frases sencillas y calaras. Por otra parte también destaca la alternancia entre la narración directa de los hechos y los diálogos entre un grupo de hombres entre los que se encuentra Blasco Jiménez, donde cuenta su historia. Con este, nos parece una especie de flashback, aunque no es más que la alternancia en la forma de narrar la historia.
En conclusión, nos encontramos ante una novela histórica muy bien documentada, con un tema clave en esa parte de la historia: la lucha entre el bien y el mal, entre el provecho propio y el común, entre la fe y la felicidad de los placeres. Destaca la gran caracterización de los personajes así como el peculiar estilo del autor. Con su lectura nos sumergimos en un mundo en el que la inestabilidad en todos los aspectos está a la orden del día, en el que vivir era difícil, y donde surgen personas que vivieron muy sabiamente, con gran entereza y racionalidad.