11 febrero 2011
Con la cabeza a pájaros

Érase una vez un rechoncho anciano que se apuntó a un curso de pájaros. Pero se le escapó un pájaro y tuvo que subir su madre para decirle que bajara aquí abajo. Un día sonó un móvil. El rechoncho anciano lo cogió: era su hermano que estaba casado con una sirena. El hermano iba a comenzar la competición de esquí. Cuando llegó, se puso delante de un esquiador y se calló de la silla. Lo recomendaría porque es divertido y gracioso.